sábado, 9 de marzo de 2013

Virginia. Poema. Leonardo Gutiérrez Berdejo


Virginia

 

Llegaste a mí con el despertar del día

cuando apenas te asomabas al balcón de la vida,

cuando los juncos a tu lado crecían

y las olas impetuosas del deseo se alzaban

 

El brillo de tus ojos

a la esperanza incierta de la ilusión

la cubriste con el manto de la llama

 y con la luz que enciende la pasión

 

A veces lejana, lejana

como el eco de un recuerdo ido

como buscando respuestas infinitas

a preguntas ignotas

 otras veces cercana, cercana

como un latido,

acariciando sentimientos

avivando cada sueño

 

Cuando la penumbra de la noche fue

y la borrasca de un día alejó los caminos

y te envolvió y me ocultó

tú siempre permaneciste allí

¿como anclada en el camino? No, 

sólo esperando con el ímpetu de la paciencia

y el sereno resplandor del que sabe esperar

 

Cómo pueden las nubes de un día eclipsarte

y las sombras de la noche ocultarte

si eres la luz y eres todo aquello

que mi alma anhela para amarte

 

Hoy, cuando el día comienza a despedirse

y la noche asoma,

cuando la penumbra acecha

sólo puedo decir

que siempre serás para mí

ese esperado amanecer

que renace con cada sueño

y con cada ilusión.

 

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