sábado, 9 de marzo de 2013

El Parque Güell, Barcelona, España


El Parque Güell, Barcelona, España

Leonardo Gutiérrez Berdejo

 Desplazarse de Sabadell a Barcelona y, luego,  al Parque Güell es más sencillo de lo que uno podría imaginarse, considerando que hay que tomar primero el tren y después el metro.   El tren que va de la estación Sabadell Norte  a Barcelona, es rápido y cómodo y te deja en la Plaza de Cataluña y allí,  sin ninguna dificultad, tomas el metro de Barcelona que, aunque le falta un poco de aseo, te transporta  de manera confortable y veloz hasta la estación de Vallcarca, lugar en la que empiezas el ascenso hasta el famoso parque, no por la entrada principal, sino por la puerta de atrás, como después lo pude observar.

 

El ascenso al parque  por este lado, cerca de la estación  Vallcarca del metro, como lo hice yo es fatigoso, a pesar de las muchas escaleras eléctricas que hay instaladas en plenas calles, loma arriba, para amortiguar la fatiga que tal trayecto produce.  También lleva sus minutos y sus cansancios  y requiere, modestia aparte, su nivel de resistencia, pero Lucía, mi gentil acompañante, esposa de mi amigo Josep y que se mueve con cierta facilidad en esta gran ciudad, tiene sus rarezas a la hora de movilizarse  y decidió esta entrada a la principal, como lo hace, quizás,  todo el mundo.     

 

El Parque Guell es, simplemente, hermoso. Es una manifiesta y hermosa expresión de la estrecha integración  hombre – naturaleza,  entre la inteligencia humana y la arquitectura natural, entre el diseño del hombre y esa especie de creación surgida  en medio del  susurro del bosque. Fue construido por  Antonio Gaudí, arquitecto catalán, máximo representante del modernismo y uno de los principales pioneros de las vanguardias artísticas del siglo XX. Su figura es una de las más sorprendentes de la historia de la arquitectura, tanto por sus innovaciones, en apariencia intuitivas, como por su práctica aislada de las corrientes internacionales e imbuida a menudo en el mero trabajo artesanal.

 

Antoni Plàcid Gaudí i Cornet nació el miércoles 25 de Julio de 1852 en el Baix Camp,  provincia  de Tarragona, hijo de un forjador; su madre muere en su juventud. Después de trabajar como aprendiz de forjador (lo cual le sirvió de base para su excelente trabajo con el hierro) Gaudí comenzó sus estudios de arquitectura en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona.  Otros historiadores señalan el nacimiento de Gaudí en Reus, por lo que nadie tiene, hasta ahora, pruebas concluyentes sobre su lugar de nacimiento.

 

Sus primeros trabajos  fueron la fuente del complejo del Parc de la Ciutadella en Barcelona, junto con Josep Fontserè i Mestres, la cual se completo entre 1877 y 1882, la Casa Vicens, la cual se construyo en Barcelona entre 1878 y 1880 (un edificio neogótico en el que ya se aprecia su fuerte personalidad) y El Capricho, una casa en Comillas, en el Norte de España, en la cual Gaudí trabajo desde 1883 a 1885.  En estos trabajos probó su perfecto conocimiento del hierro como material, conocimientos que había aprendido como aprendiz.

 

Poco después comenzó a trabajar para el que sería su principal mecenas durante el resto de su carrera, el empresario textil Eusebio Güell: primero con las caballerizas de su finca en Pedralbes, y más tarde con el palacio Güell (1885-1889) en Barcelona, un edificio pleno de espacios y formas innovadoras. Durante esta primera etapa de carácter historicista también construyó algunas obras fuera de Cataluña, entre las que cabe reseñar el palacio episcopal de Astorga (comenzado en 1887) y la casa de los Botines (1891-1892) en León. 

 

El Parque Güell (antes Finca Güell) es una obra paisajística jalonada de elementos arquitectónicos, como se puede ver en la gran sala hipóstila sobre la que se asienta la plaza principal —conocida como el ‘teatro griego'—, el banco ondulado que delimita esta explanada y los soportales inclinados sobre los que discurre el viaducto.

 

En 1884 Eusebi Güell, rico empresario textil de Barcelona, encargó a Antoni Gaudí la realización de distintas obras para la extensa finca que tenía entre los pueblos de Les Corts y Sarrià, dónde actualmente está la Zona Universitaria. Estas obras consistieron en la construcción del muro de cierre con tres puertas, la portería y las caballerizas, un mirador, una fuente, la capilla de la casa-residencia y varios complementos decorativos. La Finca Güell estaba formada por dos grandes fincas (Can Feliu y Torre Baldiró) que Joan Güell había comprado en la década de 1870, más una tercera, llamada Can Cuyàs, que adquirió Eusebi Güell en 1883.

 

El parque, no sólo recrea el paisaje sino que lo integra en un conjunto armonioso. Es una combinación agradable y espectacular de la genialidad arquitectónica y la naturaleza.  Al llegar  a una especie de plaza romana que da cabida con facilidad varios cientos de personas (hoy hay más de quinientas personas de todo el mundo) y que hace de mirador, el visitante no puede dejar de maravillarse ante la vista espectacular de parte de la ciudad. Se desciende luego un poco para observar que esa gran plaza está “sostenida”  por muchas columnas que conforman un espacio de descanso obligado que te prepara para la vista para esa pequeña maravilla de “La Salamandra”.  El parque es simplemente poesía hecha realidad  y un sitio obligado de visita en Barcelona.

 

 
Sabadell, Junio 28 de 2011.        

No hay comentarios:

Publicar un comentario