La Hora del “rebusque”.
Leonardo Gutiérrez Berdejo
Hace un par de días que llegué a Barcelona y mi equipaje, compuesto de dos maletas, medianas, color azul oscuro, aún no aparecen. En el mismo momento de la llegada, el viernes 24 de junio, día de San Juan, presente la queja ante los funcionarios de Air France en el aeropuerto de Barcelona de que mi equipaje, entregado a los funcionarios de Avianca en Bogotá, no había llegado, La funcionaria me informó que desde ese mismo instante comenzaba la búsqueda por internet. Posteriormente llamé a Bogotá para comunicarle a CORE (la aseguradora) tal situación. A ambas les he dado toda la información que me han pedido, pero hasta este momento, mi reclamación no ha tenido resultado alguno.
Frente a los altos precios que veo, empiezo ya a concebir la idea de enfrentar la cruda realidad de la hora del rebusque, aquí en Sabadell, Barcelona, España, lejos de Bogotá, Colombia. Por fortuna me han informado que los chinos se han apoderado del comercio de Sabadell. No me extraña. Hago una primera salida de reconocimiento del comercio y recorro Mata de Pera, la principal calle comercial de Sabadell. Efectivamente constato que los chinos y los gitanos controlan alguna parte del comercio del lugar, pero muy mínima: españoles, catalanes, gallegos y vascos continúan con el control de la mayor parte de la industria y el comercio. Esta región, lejos de Madrid, Sevilla y Granada, tiene una larga tradición industrial y comercial. Sin embargo, me he informado que la industria textil, de fuerte arraigo en esta zona, de Sabadell, sucumbió frente a los textiles y las confecciones chinas.
El “rebusque”, actividad cotidiana en Colombia, es una especie de arte impregnada en la sabiduría popular que consiste en deambular, de un lugar a otro, buscando los precios más bajos del mercado. En pocas palabras: se visitan entre 15 y 20 tiendas hasta encontrar, por ejemplo, el precio más bajo para un cepillo de dientes, un par de zapatos o un rollo de papel higiénico. Sirve mucho para rebajar de peso y para practicar la psicología comercial, aunque no es muy útil para practicar la culinaria ni la lectura, al mismo tiempo. Tampoco puede navegar por internet, si usted es un asiduo del rebusque. El rebusque es muy exigente y se debe practicar con la dedicación completa del tiempo pero no puede combinarse con otras actividades.
Volviendo al tema de la actividad industrial, aquí en este lugar, me han informado, que hace algunos años Sabadell gozaba de una pujante industria textil, que daba cuenta de la mayor parte del empleo generado y de la prosperidad reinante. Con la apertura económica, esta industria sucumbió, lo cual, unido, según algunos, a la llegada de numerosos inmigrantes, se inició la crisis y esta es la razón del desempleo, de las pérdidas de la vivienda y de la pobreza extendida a amplios sectores de la región.
Con la debida consideración, yo creo que esta afirmación no es del todo exacta y paso explicar el por qué. A mi juicio, creo que la globalización neoliberal, solo le dio la oportunidad de grandes beneficios al todopoderoso sistema financiero mundial, es decir al capital financiero, al capital ocioso de los hombres más ricos del planeta que al permitírsele “jugar y ganar” en todos los confines del planeta, truncaron o, en el mejor de los casos, limitaron en demasía las oportunidades de ganancia de los hombres hacendosos e industriales. El auge del capital financiero, conllevó la concentración y centralización de los más grandes consorcios industriales, dejando en manos solo de unos pocos, las finanzas y los sectores claves de la economía. Este fenómeno, se llevó entre los cuernos a una gran parte de la pequeña y mediana empresa de la mayor parte de los países del mundo y esto provocó el derrumbe del empleo mundial. No hay que olvidar que es la pequeña y la mediana empresa la generadora de la mayor parte del empleo, ya que que las grandes empresas transnacionales son intensivas en capital y en tecnología más no en mano de obra.
Sabadell, como tantas otras ciudades y zonas del mundo, padece también las consecuencias de la globalización financiera y de la pasada crisis financiera internacional. No son los chinos ni los inmigrantes los culpables de la crisis. Trabajadores chinos inmigrantes, como tantos otros de varios países pobres, son también víctimas de la codicia del capital financiero y de la financiarización de la economía a escala mundial. Por ahora, me conformo con la esperanza de poder gastar buena parte de mi tiempo en el “rebusque”, mientras Avianca, Air France y Core, logren localizar mi equipaje, no sé en qué lugar.
Sabadell, domingo 26 de junio de 2011.
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